Descubre Barx

3.- Expulsión de los moriscos y génesis del pueblo

El siglo XVII estuvo condicionado por la expulsión en 1609 de los moriscos. Esto hizo necesario buscar alternativas para la explotación de las tierras de Barx y de La Drova, que fueron entregadas en arrendamiento primero y en aparcería después, a campesinos de La Valldigna. Tampoco así acababa de producirse un asentamiento estable, por lo que el monasterio decidió construir casas, que serían entregadas a quienes se instalasen definitivamente.

Fue de este modo, como entre 1650 y 1651 nació el pueblo de Barx,  al pie de la torre que le daba nombre. Situado en la actual plaza de la constitución, lo formaban diversas viviendas cerradas al exterior y abiertas a una plaza central, a la que se accedía por una única puerta que se abría al alba y se cerraba cuando anochecía. Tenía dos almazaras, una bodega, un granero, un horno de pan y un oratorio privado a cargo del monasterio.

Como resultado varias familias procedentes de la huerta de Gandía se establecieron en Barx. Aunque estos no dejaron descendencia, su estancia coincidió con la llegada de los antepasados de muchos de los habitantes actuales de Barx, que trabajaban las tierras como aparceros y entregaban al monasterio la sexta parte de la cosecha.